Thursday, September 16, 2010

ESTE BICENTENARIO NO ES DE TODOS...

"Dejaría los tatuajes de la ciudad: los muros, que se han convertido en una bitácora del palpitar urbano en una imaginería popular. Yo dejo la marca de mi cuerpo en ellos, que ya no deben volver a ser nunca más un paredón. Esta imaginería visual brigadista es parte del patrimonio urbano y de nuestro país marcado en su piel y en su historia”. MONO GONZÁLEZ (Muralista).

http://www.lanacion.cl/memorias-para-el-tricentenario/noticias/2010-09-18/174608.html

DE GUILLO http://www.guillo.cl/














un regalo de PALOMO http://www.ergocomics.cl/sitio/index.php?idele=20030330211204

¡ saludo un bicentenario popular y el aporte a su cultura y en su lucha, por ocupar permanentemente, los muros de la ciudad para concretar los sueños!

LOS TATUAJES DE LA CIUDAD

Para algunos querer alejarse del pasado y otros retomarlo,es una contradicción humana permanente .

El huir de si mismos y acercarse,el mirarse "desde cerca" o "desde lejos",en lo "propio" y en lo "ajeno",en lo "publico" o en lo "privado",en lo "colectivo" o en el "metro cuadrado".

Hoy tenemos la oportunidad de revisarnos:
¿que celebramos?.

-El dolor de una sociedad que no hemos solucionado en la seguridad laboral,en el respeto por nuestros pueblos originarios,en las fracturas sociales de equidad,de verdad y justicia heredadas que algunos viven "evitandolas" y otros queriéndose enfrentar con franqueza y trasparencia.

Por lo cual,es hoy la oportunidad ,mas que de celebrar, el de revisarnos en qué hemos dejado nuestra huella en este caminar .

Revisarnos y volver a revisar -para construir-:
-yo veo esa marca o huella en los muros que habito, en "mi" ciudad porque me apropio de ella y la "comparto".

Ahí se ha dejado una constancia una bitácora del palpitar urbano en una imaginería popular.

Dejo la marca de mi cuerpo en los muros que ya no son, ni deven volver a ser nunca mas ,un paredón.

Otros quieren dejar constancia en su propio cuerpo -tatuándose-con una imaginería adherida a ellos que sale a circular por los espacios y entonces ... ya no son los muros el soporte...es nuestra piel que sale a "compartir" ,a ser solidarios con la vista y así -entiendo- que cualquiera sea el soporte de esta visualidad :
es solidaria ,es compartida,se desinhibe,sale a caminar,deja una constancia:
por ejemplo
-un ancla de otros mares,nombres,un corazón de amores pasados que no se borraran y lo sepultaran juntos,siempre juntos...o hermosas muchachas tatuadas que se moverán con los músculos...o palmeras con ruidos de mares imaginarios...

Nosotros,los artistas urbanos,"tatuamos" sobre la piel de la ciudad,dejamos nuestra huella en los muros.

Cuando enfrento el trazado -a pintar en un muro- es mi cuerpo el referente ,el que marca las proporciones,los gestos dan impulso a la linea...siempre es el cuerpo que esta ahí y de tanto pintar en las calles cada día como que nos conocemos más y a la vez me ofrece las contradicciones de estar envejeciendo y "desarmando" y "armando" y entonces se transforma en un dialogo y exigencia permanente de estar revisándose...pero desde afuera y desde dentro como una sombra por sobre los muros.

En este tatuaje esta la imaginería sobre esta piel...es una "marca" : y ahí está esa presencia en una sorpresa permanente de mi curiosidad con el cuerpo habitado de la ciudad que es mía.

Aun más , hay diferentes tatuajes:
unos que nos hacemos nosotros mismos y queremos que se vean y que "nos vean"...y
otros que nos "hacen" y nos dejan marcas por dentro, con amores y desamores,con cariño o con dolor y agresividad.

Por ejemplo :
-los muertos de la Dictadura en la fosa común de Pisagua :
-cuando los encontraron tenían esos tatuajes de los alambres que amarraron sus manos,la arpillera de saco adherida a su boca cerrada,o la bolsa que cubría sus cabezas ...esos tatuajes ablavan con ellos desde el silencio y
ahí siento la diferencia :
de que hay tatuajes -como los murales urbanos- que se están pintando y siempre pintando en la medida que se construye o destruye la ciudad o tatuajes en nuestros cuerpos que aun que ocultemos -o entierren-seguirán contándonos sus historias.

Los pasos o huellas -que creemos son efímeras- nos damos cuenta que dejan su sombra y no se necesita ser el elegido para verlas : se perciben en la memoria que dejan.

Esta imaginería visual brigadista urbana -es un aporte- y hoy, es parte del patrimonio cultural popular de este siglo pasado y de nuestro territorio -marcado en su piel- y en su historia ,pero con los sueños y esperanzas de un pueblo del futuro.


...algún día celebraremos todos -en la medida- que no guardemos silencio y nuestras manos no se quieden quietas.

POR UNA CULTURA POPULAR!

Mono González
sep.2010